Planea con ventaja: haz la danza de la lluvia. 😉

¿Cuánto vas a ganar en 2026?

Estamos en agosto y, aunque faltan meses para el año nuevo, si eres dueño o dueña de un negocio ya deberías iniciar tu proceso de planeación. Imagina a Napoleón, uno de los más grandes generales de la historia: antes de cada batalla planeaba su estrategia aun sabiendo que, en el campo, las cosas no saldrían como esperaba; él mismo admitía que un general nunca sabe nada con certeza, nunca ve al enemigo con claridad y nunca sabe con seguridad dónde está. Ante ésto, cualquiera podría preguntarse: ¿para qué sirve un General? o al menos ¿para qué sirve planear?

Es cierto que los planes rara vez se cumplen al pie de la letra, pero son indispensables porque nos permiten reflexionar e imaginar posibilidades que podrían hacernos avanzar.

El matemático Russell Ackoff, pionero del enfoque de sistemas, decía que gran parte de la planeación se parece a una danza de la lluvia: no cambia el clima, pero quienes la practican creen que sí. Con todo y eso, haz tu danza de la lluvia, quizá el clima no se altere como esperas -aunque quién sabe de lo que seas capaz-, pero al menos te sentirás más preparado o podrás crear un resguardo para que te afecte menos.

La planeación no debería ser un ritual burocrático para ti, sino un ejercicio de reflexión que te encamine hacia oportunidades concretas a través de preguntas incómodas: ¿qué estamos haciendo?, ¿por qué lo hacemos?, ¿qué deberíamos estar haciendo en realidad?

Como advertía Peter Drucker, no hay nada más triste que hacer muy eficientemente lo que no deberíamos estar haciendo; imagina que en 2026 te propusieras pintar una pared y que, después de mucho esfuerzo, lograras tener la pared mejor pintada del mundo… solo para descubrir que no era la pared que había que pintar; a veces nos dejamos llevar por la inercia de lo que nos ha funcionado cuando quizá deberíamos trabajar en otra cosa.



Planea en tres pasos esenciales: primero, define a dónde quieres llevar tu negocio; segundo, analizando tus capacidades actuales, decide cómo llegarás allí de la manera más eficiente; y tercero, determina qué recursos necesitas y prepárate para atraerlos o crearlos. No pienses en el futuro como una simple consecuencia de tu presente, debe ser al revés: comienza imaginando las posibilidades y luego construye las capacidades para alcanzarlas. Piensa el futuro desde el futuro, no como una proyección inercial del presente.

Estamos en agosto. Mientras cuidas la operación diaria, como debe ser, piensa en el futuro que deseas construir: este es un buen momento para hacerlo. Una de las características del ser humano es estar inconforme con su situación, y ahí reside el origen del progreso. Sé realizador, no sólo realista, insiste en crear la realidad que quieres ver a tu alrededor, hazlo con maestría.

Fe y oficio.

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